A Bautista López García (Radhamés) lo conocí en los primeros años de la década de los 80, niños ambos. En el patio de su casa nos reuníamos los miembros de los grupos culturales “16 de Abril” (de poesía coreada), el “Renacer de la Cultura” (Teatro) y “Ñico Lora” (Ballet Folclórico), entre otros que formaban parte del Club Juan Pablo Duarte.
Radhamés era miembro del Ballet Folclórico Ñico Lora y orientador del 16 de Abril, de este último éramos miembros mi hermano Carlos y yo. Recuerdo que para ese entonces Bautista López (a quienes poco conocen en Navarrete por ese nombre), coordinaba desde el jueves hasta el domingo las presentaciones culturales de estos y de otros grupos en los cuatro puntos cardinales del municipio y en otros pueblos de la región.
Desde muy joven Bautista López asumió roles de responsabilidad. Estudiaba de lunes a viernes y cuando llegaba del liceo lo esperábamos un nutrido grupo de niños, niñas y adolescentes de ambos sexos para ensayar distintas disciplinas artísticas. Su mamá, doña Romana, cocinaba para una multitud. Recuerdo que a veces se armaban conflictos por el concón, del que todos queríamos. En cambio, los sábados desde temprano en la mañana hasta las 5:00 de la tarde, Radhamés ayudaba a su padre en el colmado, fuente de manutención familiar y que para entonces era uno de los principales colmados de la zona.
Siendo menor de edad, Radhamés encabezó una de las luchas más significativas de nuestro municipio contra los burdeles y casas de citas, antros en los cuales se estaba perdiendo una parte importante de la juventud navarretense. Fue una lucha titánica, pues solo en el sector de La Mella para ese entonces identificamos 26 centros de corrupción.
Radhamés elaboró un plan de acción con los grupos culturales para tratar de rescatar a la juventud de la amenaza de la corrupción y los vicios y elevar el grado de conciencia de la población. Es así como peinamos el municipio calle por calle, usando como recurso el arte y la cultura.
En poco tiempo esta labor de animación sociocultural de la que Bautista López fue la cabeza se transformó en movilización social y algunos de los dueños de esos centros de prostitución llegaron a hacerle ofertas, y ante el fracaso de esas iniciativas le pusieron precio a su cabeza. Bautista no se doblegó nunca, ni ante las ofertas corruptas, ni ante las amenazas, ni ante las agresiones físicas que recibió en múltiples ocasiones.
En dos años ese proceso de lucha logró su objetivo y la comunidad movilizada impuso el cierre de los centros de prostitución que funcionaban en los barrios. Los grupos culturales se fortalecieron y Bautista López paso a asumir nuevos compromisos con la sociedad, ahora en el movimiento estudiantil, convirtiéndose en el principal referente de la localidad en ese momento.
Los jóvenes y las personas mayores protegían a Radhamés. Recuerdo que una vez que la Policía intentó matarlo en la orilla de un canal los vecinos del lugar cerca de la media noche lograron quitárselo, pero ya con una pierna rota. Cuando ocurrió el hecho las señoras de la mayoría de las calles hacían oraciones de casa en casa a partir de las 6:00 de la tarde por la recuperación de la salud y por la protección de la vida del joven herido, pues no conforme los agentes policiales intentaron en dos ocasiones sacarlo de la clínica con todo y lesiones en la pierna y otras partes del cuerpo, pero la comunidad, los grupos culturales, estudiantiles y la iglesia lo impedían.
Radhamés fue y sigue siendo solidario y un luchador por el respeto de los derechos humanos. Recuerdo que en una huelga provincial que se hizo en Santiago y en la que la Policía fue brutalmente agresiva con el movimiento, en Navarrete un agente policial se metió en un motor a unos de los barrios cargando en la cola una caja de comida que parece llevaba a su familia. El señor perdió el equilibrio y en medio de la represión cayó al suelo y la compra rodó en la cuneta, rompiéndose y botándose algunos de los productos que llevaba. Además de que fue desalmado. Recuerdo como ahora que Radhamés se puso delante del agente y nos dijo: “Este hombre es un obrero, su familia y él es por quienes luchamos, nadie debe maltratarlo”. Rápidamente quien tenía la pistola incautada se la devolvió a Radhamés y este se la entregó al policía y como si esto fuera poco ordenó buscar en el colmado de Chichilo lo que se había roto y rearmarle la compra para que el patrullero siguiera con la comida a su familia. El policía lloró, agradeció y se fue.
Valiente, en medio de una huelga nacional por tres días (19, 20 y 21 de junio de 1989), el segundo día mientras nos movilizábamos, doblamos en la calle Mella hacia el este en la Daniel Goris y frente al Mercado Público me puso una mano en el hombro para sostenerse y me dijo: “Me dieron una pedrá en la pierna”. Cuando bajé la vista vi la sangre salir de la pierna como si fuera de una llave y le dije: “Radhamés fue un balazo que te dieron y comencé a vocear: ¡Hirieron a Radhamés!”. De inmediato se aglomeraron decenas de compañeros y compañeras y su respuesta fue: ¡Coño, no abandonen el campo de batalla, que solo estoy herido!
Comprometido. Cuando Radhamés terminó el bachillerato en el liceo Pedro María Espaillat, en una reunión del comité regional del FELABEL, se informó de la represión en el municipio de Esperanza y se plantearon las dificultades del grupo estudiantil en el liceo Ramón Matías Mella. Al concluir el informe, Radhamés se ofreció a hacer nuevamente el 4to. del bachillerato en el municipio de Esperanza y hasta allá se trasladó a fortalecer el movimiento estudiantil.
Hoy que Bautista López es postulado a la Vicerrectoría de Extensión no me cabe la menor duda de que es el mejor candidato, el que mayor vínculo extensionista exhibe y el que mayor compromiso tiene con la educación pública, especialmente con la UASD.
¡Bautista López a Extensión!
¡Bautista López es el compromiso con la UASD!